Dame lo que necesito, que me lo llevo puesto

Dame lo que necesito, que me lo llevo puesto

07/dic/2017

Recientemente he leído un artículo del Forbes digital acerca de las diez compañías digitales que están cambiando el mundo sanitario. Como el autor señala, la industria de la salud y los cuidados es un mastodonte tan viejo como la humanidad y, además, como muchos de los profesionales de la salud hemos percibido a veces, poco permeable a la disrupción y a las ideas innovadoras. Aunque el artículo es del 2014, contiene ejemplos que ilustran esta idea de dificultad de innovar en el mundo sanitario, y de la necesidad de innovar teniendo al paciente y a los profesionales sanitarios como centro de dicha innovación.

La primera compañía que menciona el artículo, nace de un accidente de tráfico que deja a su fundador en silla de ruedas. Esta persona, fruto de su necesidad y coraje, se empeña en diseñar un exoesqueleto que le permita volver a andar. Y, atención, uno de los principales objetivos no es simplemente conseguir mayor autonomía y aumentar sus movimientos. No. Es estar a la altura de la gente, verlos cara a cara. De hecho, conozco a una persona que se mueve en silla de ruedas, y que vio cambiar su vida cuando adquirió una silla que se eleva, dejando su rostro a la altura de los participantes que hablan, mientras mantienen una conversación de pie. O que puede acercarse a una barra de bar y pedir su consumición al camarero cara a cara. Cuando las personas se levantan, ella lo hace. Cuando todo el mundo se sienta, ella, también.

¿Quién puede ser capaz de detectar estas "micro necesidades" de alto impacto? ¿Un diseñador encerrado en su estudio intentando ponerse en la piel de alguien que lleva una silla pegada al culo todos los días, 365 días al año, año tras año? Complicado. Difícil hacerse a la idea de lo que pasan estas personas sin observarlas, sin indagar de una forma profunda, conectada y sincera, o mejor aún, sin experimentar de alguna manera lo que ellas experimentan.

La segunda compañía mencionada, usa una tecnología que reconoce rostros y movimientos oculares a través de la imagen para el diagnóstico médico. Resulta que hay numerosas enfermedades neurológicas que se diagnostican a través del movimiento de los ojos. ¿Podría alguna vez un diseñador haber llegado a esta conclusión sin conocer a fondo las necesidades de los profesionales de la neurología a la hora de diagnosticar o sin haber observado el proceso a su lado? Imposible.

Otra aplicación conecta médicos y pacientes para ayudar a estos últimos a seguir el tratamiento prescrito de la mejor manera posible, cuando todos sabemos que la buena adherencia y la correcta administración son claves para mejorar una condición de enfermedad. Un neurocirujano y dos pilotos de las fuerzas aéreas se alían para llevar la tecnología de los simuladores de vuelos virtuales al quirófano. El objetivo es similar en ambos casos: familiarizarse con una misión antes de que esta tenga lugar. Aparecen aplicaciones on-line para embarazadas, quizás el sector de la población más amplio que pasa por un proceso natural -fisiológico, sí, no patológico, pero no por eso menos preocupante- que genera altos niveles de ansiedad.

Otro innovador, esta vez, un médico, también fruto de su propia necesidad, se dio cuenta de lo difícil que resultaba tener y compartir una imagen general y completa de lo que nos ocurre en temas de salud/enfermedad, sobre todo en el caso de sufrir alguna condición complicada e interrelacionada, y que implica numerosos profesionales y pruebas. Este médico desarrolló una plataforma para almacenar toda la información médica que uno posea con el objetivo de poder acceder fácilmente a ella desde cualquier dispositivo y compartirla con quién el dueño de la información crea necesario. De nuevo, la necesidad de una innovación emerge cuando el profesional sanitario y paciente resultan ser el mismo, y se identifica esa necesidad profunda.

Videoconferencias que conectan pacientes con enfermedad mental y mal acceso a los servicios especializados, aplicaciones que unen a usuarios de diabetes en cualquier parte del mundo para echarse una mano en caso de quedarse sin material para atender al tratamiento, redes online que permiten a médicos consultar y buscar consejo con otros colegas, y aplicaciones que usan la natural adicción al juego, y su sistema de niveles sus recompensas con los cambios de hábitos tan saludables como hacer más ejercicio y mantenerse en forma.

Aprobada ya la pastilla digital y en pleno desarrollo de las aplicaciones para el correcto diagnóstico y tratamiento a través de los "juegos serios" de patologías que afectan a una buena parte de la población, sólo nos queda esperar a que la cultura de las empresas y la sociedad cambie para que empiecen a aceptar estas soluciones tecnológicas. La pregunta es… ¿están las empresas sanitarias culturalmente preparadas para este cambio?

Investigar, observar, escuchar y abrirse a los procesos creativos de los participantes con verdadera implicación en los procesos de cambio son premisas ineludibles para crear e innovar en salud.

¿Quieres ver un caso donde sí se detectaron esos insights de pacientes y profesionales? Mira este caso de éxito realizamos en DOMO.

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